Voy a dejar un poco de lado todo lo que estuve escribiendo hasta ahora. Puede parecer un poco patético y hasta careta pero realmente necesito escribir sobre esto y no puedo dejarlo de lado.
El 10 de Junio se inauguró el Mundial 2010 en Sudáfrica, y la verdad que tardé en caer en que era el mundial porque mi última experiencia en el 2006 fue hace mucho tiempo.
La emoción de ganar el primer partido ya hace que todos tengamos buenas expectativas, y yo creo que estuvo bien que las tengamos. También la emoción de ver un partido de tu propio país, de tu propio equipo, el equipo de todos. La emoción de saber que hay casi 44.000.000 de personas mirando el mismo partido e hinchando todos por el mismo. La emoción de saber que hay nervios en cada cuadra y en cada esquina, de saber que todos sentimos lo mismo y apuntamos a lo mismo. La emoción de saber que todos somos uno y que estamos unidos. Fundamentalmente la emoción de saber que todos somos Argentina, que no es poca cosa.
Juro que aunque la gente piense que "somos todas botineras", "no entienden nada", "solo se babean por los jugadores", "hablan y no saben", "solo les gusta el mundial", lo que hoy siento por la selección y lo que me hizo sentir el mundial es algo mucho más grande que eso.
Disfruté de cada partido y me puse nerviosa, llegué al llanto y a las carcajadas.
Gracias por todas las alegrías, sinceramente no puedo creer que ya se acabo (parece trágico, pero bueno, un poquito trágico es). Nos vamos del mundial pero nos vamos con dignidad y con orgullo de saber que jugamos bien y que la próxima será.
Cómo Argentina se esforzó por ganar yo los banco a morir y valoro muchísimo lo que hacen, me encantaría haber podido verlos de cerca. Los amo en serio, gracias por todo lo que se esfuerzan y gracias a Dieguito que aunque renuncie tuvo su oportunidad.
Hoy más que nunca soy Argentina y aunque simplemente sea fútbol se convierte en mucho más que eso, es un sentimiento.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario